jueves, 14 de marzo de 2013

La desconexión de la ventilación mecánica


Uno de los tratamientos que más se utilizan en la UCI es la ventilación mecánica. La ventilación mecánica consiste en crear una vía aérea artificial para que, los pacientes con una función pulmonar comprometida y con una ventilación ineficaz, puedan establecer la ventilación con un adecuado intercambio de gases.

Existen distintas modalidades de ventilación mecánica que se van adaptando a las necesidades del paciente. Hay muchas, pero las modalidades que prevalecen en la planta son la ventilación con presión positiva y asistida (IPPV), con presión de soporte (PS) o con presión positiva continua en la vía respiratoria (CPAP). Con la IPPV se proporciona un volumen de gas, controlando la ventilación, mientras el paciente no produzca una inspiración. Con la VPS el ventilador aporta gas a una presión, siendo el paciente el que realiza el esfuerzo inspiratorio, adaptándose la máquina a las demandas del paciente. Por último, la CPAP es un método que da una presión supra-atmosférica en toda la inspiración, respirando el paciente espontáneamente.

El objetivo final es que la persona pueda respirar sin ningún tipo de ayuda mecánica,  llegando a lo que sería el destete, “weaning” o la desconexión de la ventilación mecánica. Cada caso evoluciona de un modo diferente, ocupando más o menos tiempo este proceso, teniendo que estar valorando continuamente el estado en el que se encuentre nuestro paciente. Según distintos ensayos, aproximadamente, el 20% de los pacientes que son extubados presentan dificultades para el destete y requieren en menos de 48 horas que se restaure la ventilación mecánica, aumentando su porcentaje de mortalidad. Por lo tanto, es importante aprender a identificar el momento adecuado para la desconexión, con el fin de mejorar la supervivencia de nuestros pacientes. El uso de protocolos respecto a este tema ha demostrado una disminución del tiempo empleado en el destete, pero no siempre de la mortalidad. Aun así, siguen mostrando mejores resultados que la desconexión llevada a cabo solo bajo el juicio clínico de los profesionales.

Uno de los pacientes de la planta, con ventilación mecánica de soporte, era candidato para comenzar el destete. Anteriormente, se le había retirado la sedación de cloruro mórfico y midazolam para aumentar su nivel de conciencia y propiciar que respirase por si mismo, pasando de una ventilación controlada a la ventilación de presión de soporte, teniendo valores de saturación del 100%, una FiO2 de 0.4 y una PEEP de 5. Con los pacientes muy sedados, existe el riesgo de que no realicen el trabajo respiratorio al intentar la desconexión, es importante por ello ir disminuyendo las dosis de sedantes hasta conseguir una buena respuesta neurológica en el paciente. En este caso, el hombre padecía una insuficiencia renal y hepática, por lo que tardó más tiempo en eliminar los restos de fármacos, encontrándose sedado durante más tiempo, lo que también dificultó la evolución en el destete. En un intento de desconexión previa había presentado datos de intolerancia, pasando a seguir el protocolo de una desconexión difícil.

La desconexión de la ventilación mecánica puede ser rápida o difícil. Se procede a la desconexión de la ventilación mecánica cuando hay una mejoría de la clínica, se soluciona la causa que originó el tratamiento con la ventilación mecánica, hay ausencia de fiebre y una hemoglobina mayor de 9. Una vez que se dan estos cuatro criterios, se valora que el nivel de conciencia sea aceptable, encontrándose el paciente despierto o con facilidad para despertarse, y que la gasometría muestre unos valores de PaO2 > 60mmHg con una FiO2 0,4 y una PEEP 5cmH2O. Una vez que se dan todos estos criterios se intentaría la desconexión con el tubo en T, valorando al paciente a los 3 minutos por si presentase algún signo de intolerancia y a las 2 horas, pudiéndose extubar si no surgiese ninguno. Sin embargo, si se presentase el caso contrario, en el que el paciente empezase con taquipnea, taquicardia, TA sistólicas muy dispares, saturaciones de O2 bajas o síntomas neurológicos, se optaría por mantenerle con el respirador, para intentarlo nuevamente más adelante.
Algoritmo de desconexión de la ventilación mecánica
Cuando la desconexión es difícil, por haber presentado síntomas de intolerancia, se intenta la desconexión por medio de la presión de soporte, del tubo en T una vez al día o del tubo en T intermitente. Mediante la presión de soporte se va disminuyendo progresivamente la PS, hasta llegar a tolerar 5cmH2O durante dos horas. Con en tubo en T, se mantiene al paciente con él o bien una vez al día o varias, con la misma FiO2 que tuviese con la ventilación mecánica. Una vez que no presenta signos de intolerancia con alguna de estas modalidades se decide realizar la desconexión. Es muy importante ir valorando al paciente una vez extubado por si no es capaz de expectorar las secreciones y se aspira. Algunas veces, debido al tiempo prolongado de intubación y la sedación, los pacientes no son capaces de toser y de movilizar las secreciones, pudiendo ir al pulmón.  
  

Después de varias pruebas que resultaron fallidas, intentando la ventilación con Tubo en T intermitente, dejándole con el tubo en T una vez al turno, se consiguió que mantuviese unos valores normales en la monitorización, con capacidad para toser, decidiéndose aplicar la extubación. Se extrajo el tubo, mientras se le aspiraba para evitar que los restos de secreciones que pudiese tener retenidos se movilizasen hacia el pulmón, dejándole con un ventimask para aportarle mayor cantidad de O2 y que el proceso fuese menos radical.

Fue muy gratificante el momento en el que se extubó a este paciente. La ventilación mecánica produce disconfort al rozar el tubo con las paredes de la tráquea y la laringe, imposibilita la comunicación y la ingesta oral y suele llevar consigo una limitación del movimiento para evitar que el paciente se extube accidentalmente. En resumen, supone una continua fuente de estrés para el paciente y en consecuencia, para las personas que lo presencian. Personalmente, me sigue impactando ver a personas intubadas y en semejante estado de dependencia para las necesidades básicas. La imagen del paciente con un tubo en la boca, conectado a una máquina que respira por él, no deja de generarme ansiedad, por todos los cuidados y complicaciones que pueden desembocar. Por ello, verle por fin sin este tratamiento, respirando por si mismo, es todo un alivio.   

Por desgracia, a las 48 horas hubo que volver a intubarle por un empeoramiento de su función pulmonar y de su estado general. Muchas veces, la reintubación está causada por la prolongación en el tiempo de la intubación anterior. Además se sospecha que la modalidad de ventilación también influye en el éxito o el fracaso de este proceso.


BIBLIOGRAFÍA

  • REMI: Libro electrónico de Medicina Intensiva. Desconexión de la ventilación mecánica [Internet]. Madrid: Libro electrónico de Medicina Intensiva. Abril 2011 [consulta el 12 de marzo de 2013]. Disponible en: http://www.medicina-intensiva-libro.com/2011/04/1111-desconexion-de-la-ventilacion.html
  • REMI: Libro electrónico de Medicina Intensiva. Modos convencionales de  ventilación mecánica [Internet]. Madrid: Libro electrónico de Medicina Intensiva. Abril 2011 [consulta el 12 de marzo de 2013]. Disponible en: http://www.medicina-intensiva-libro.com/2011/04/118-modos-convencionales-de-ventilacion.html
  • Unidad de Cuidados Intensivos. Protocolo de cuidados del paciente en ventilación mecánica. Móstoles: Hospital Universitario de Móstoles.
  • Unidad de Cuidados Intensivos. Protocolo de desconexión de la ventilación mecánica. Móstoles: Hospital Universitario de Móstoles; 2004.  
  • Lim Alonso N, Pardo Núñez A, Ortiz Montoso M, Martinez A, Armesto Coll W. Deshabituación de la ventilación artificial. ¿Cómo la asumimos en nuestra unidad?. Revista Cubana de Medicina Intensiva y Emergencias [Revista en Internet]. 2002 [consulta el 13 de marzo de 2013]; 1(2-8). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/mie/vol1_1_02/mie02102.pdf

No hay comentarios:

Publicar un comentario