
La función principal de enfermería ante las contenciones mecánicas es
evitar la aparición de las situaciones que puedan requerir de este tipo de
dispositivos. Para ello es necesario identificar las situaciones de riesgo y
aplicar las medidas correspondientes. No todas las situaciones serán evitables.
En estos casos tendremos que valorar si se pueden aplicar otras medidas
contentivas que no sean las mecánicas. Se deberían aplicar medidas de
contención verbal o farmacológica, en caso de no funcionar la verbal, antes que
las contenciones mecánicas. Son el último recurso, cuando el resto de medidas
fallan. Sin embargo, en pacientes de UCI, el uso de medidas verbales o
farmacológicas pueden no ser útiles o convenientes. Por un lado, la contención
verbal suele ser insuficiente en los pacientes con un bajo grado de conciencia que puede que si quiera entiendan lo que se les dice.
Por otro lado, algunos de los fármacos usados en la contención pueden empeorar
la situación física del paciente de UCI. Siempre tendremos que valorar y anteponer
la seguridad del paciente. Por lo que, aunque las contenciones mecánicas sean
el último recurso a usar, pueden dar más beneficios en estos pacientes. Por
ejemplo, en la situación de un paciente intubado, con ventilación mecánica, que
se encuentre en pauta de retirada de la ventilación, existe el riesgo de que se
encuentre estuporoso o se altere al retirar la sedoanalgesia, pudiendo llegar a
auto-extubarse. En este caso, son mucho mayores los beneficios que se van a
obtener de que el paciente no se retire la intubación, sin estar preparado para
ello, que los riesgos que ofrecen las contenciones.
Por supuesto, estos dispositivos tienen una serie de riesgos, que mediante
una buena praxis pueden ser solventados o mitigados. Con el uso de las
contenciones existe el riesgo de lesión de la integridad cutánea, al constituir
un objeto que se encuentra friccionando continuamente la superficie de la piel.
Es recomendable proteger la zona donde se ponen, con ácidos grasos
hiperoxigenados y una venda de algodón, para así evitar que se produzcan este tipo
lesiones, y rotar la zona donde se colocan, para que no sea agredida siempre la
misma parte.
Además, de los riesgos físicos, entre los que también se pueden incluir el
de tromboembolismo o fracturas entre otros, existen riesgos psicológicos implícitos en su
uso. Pueden suponer la pérdida de la autoestima y la dignidad de las personas
que las llevan, al perder el control del movimiento y ser un elemento impuesto.
Es nuestro deber informar al paciente e intentar hacerle entender que el motivo
de ponérselas, es proteger su seguridad, buscando siempre su consentimiento, aunque no siempre se consiga.
Durante estas semanas ingresó una
mujer de nacionalidad extranjera, que una de las noches sufrió un episodio de
delirium, con agitación. Durante esa noche se retiró continuamente la
monitorización y estuvo a punto de retirarse otros dispositivos que tenía. Al
comprobar el personal de enfermería que se encontraba desorientada y agitada,
sin poder contenerla de otra forma, se decidieron a ponerle las sujeciones mecánicas,
para así evitar que terminara por dañarse.
A la mañana siguiente, la mujer
advirtió al personal de su intención de denunciar esa práctica a la embajada de
su país. Al ceder el síndrome confusional agudo y volver a encontrarse orientada,
se alteró mucho al encontrarse restringida por las sujeciones. Sin duda, en
este caso también existía el problema añadido de la comunicación, ya que la
mujer hablaba muy poco español y resultaba más difícil explicarle los motivos
que habían llevado a que se la contuviese.
El problema de este contexto surgió
porque el facultativo no había pautado las contenciones, habiendo sido el
personal de enfermería el que, al encontrarse con que la paciente estaba tan
agitada, actuó por su cuenta. Una de las generalidades de las contenciones
mecánicas es que deben ser siempre pautadas por el médico. Solo pueden ser
puestas sin su autorización previa, en las situaciones de urgencia, con la
condición de pautarlas a posteriori.
En este caso, pueden ponerse en
riesgo las personas involucradas en esta actuación, ya que, aún habiendo
actuado bien al proteger a la paciente de su estado de agitación, no lo
hicieron de la forma correcta, lo que ante una perspectiva legal, puede ser
intervención sancionable.
Las contenciones mecánicas continúan
siendo un dispositivo del que se hace uso con demasiada asiduidad, a pesar de
los inconvenientes que tienen para los pacientes que las llevan, obviando
algunas de las obligaciones que se deben llevar a cabo para ponerlas.
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