lunes, 8 de abril de 2013

Problemas psicológicos en los pacientes de UCI

Uno de los problemas que acontecen en la práctica sanitaria son los problemas psicológicos provocados por el uso de distintos tratamientos sanitarios y del ambiente del ingreso hospitalario. Dentro de todo ingreso hospitalario existe el riesgo de desarrollar algún tipo de problema psicológico, pero en la UCI el riesgo de padecer este tipo de patologías es mayor. Se ha visto que entre un 14-72% de los pacientes que ingresan en la UCI desarrollan algún tipo de patología psicológica, entre las que destaca síndrome confusional agudo, ansiedad y depresión, frente al 1% en el resto de unidades hospitalarias. Esto es debido a las condiciones especiales que se dan en las UCI y en algunos de los tratamientos que allí se efectúan.


A lo largo de su estancia en la UCI, algunos pacientes, todos ellos de edad avanzada, han desarrollado un síndrome confusional agudo, sobre todo durante el periodo nocturno. Este síndrome, muy común en las plantas de hospitalización, es más frecuente en este tipo de plantas de cuidados intensivos. Se caracteriza por una alteración brusca y reversible de la atención, la orientación, las funciones cognitivas y el ritmo vigilia-sueño. Los motivos para desarrollarlo son variados, influyendo desde factores del propio paciente, hasta aquellos relacionados con la hospitalización. Las personas con edad avanzada, síndrome coronario agudo o antecedente de problemas cognitivos tienen mayor tendencia a generar este síndrome. Son causas que no se pueden controlar, como mucho ponerle tratamiento una vez aparecido el síndrome. Sin embargo, hay otro grupo de factores, relacionados con la hospitalización y con el tratamiento, que el personal de enfermería tendrá que tener en cuenta a la hora para evitar su aparición. Entre estos factores hospitalarios los que más influyen en la UCI son el uso de la ventilación mecánica, el exceso o el defecto de estímulos sensoriales y los fármacos administrados.

La ventilación mecánica invasiva, es una de las principales causas en el desarrollo de un síndrome confusional agudo. También la propia enfermedad pulmonar que haya acarreado tener que ventilar al paciente puede generar alteraciones en los niveles de oxígeno y de dióxido de carbono, que terminen en alteraciones psicológicas. El hecho de que la ventilación mecánica genere este síndrome es multifactorial, se unen la medicación utilizada, el que el paciente no pueda controlar su respiración, el propio reglaje del ventilador, la inmovilización, el ruido de las alarmas y la imposibilidad de comunicarse y de alimentarse por la boca. En general, todos estos factores vinculados a la ventilación mecánica, lo que provocan es una alteración en el ciclo sueño-vigilia, que es fundamental para desarrollar problemas psicológicos. El sueño tiene una función  de recuperación física y emocional, necesaria para el correcto funcionamiento del ser humano.

Se ha demostrado que las benzodiacepinas y los opiodies, fármacos muy comunes para la intubación y por tanto en la UCI, interfieren en el ciclo normal del sueño, además de poder producir alucinaciones. En la planta he visto algún caso en el que los pacientes aún estando con ventilación mecánica invasiva, se les ha suspendido la sedoanalgesia. En principio esta modificación es debida a la progresión del destete, pero también favorece que los pacientes no sufran los efectos secundarios de este tipo de medicación.  

A una gran mayoría de los pacientes intubados se les ponen sujeciones mecánicas en los miembros superiores para evitar extubaciones accidentales. Ésta limitación del movimiento, por una parte necesaria para asegurar la seguridad del paciente, genera mucha ansiedad. Se puede intentar retirar las contenciones una vez que la persona se encuentre bien orientada y podamos tenerlo bien vigilado. Aún así supone arriesgarse a tener un problema mayor, sobre todo si la persona se encuentra en un estado crítico. 

El ruido es prácticamente continuo en la planta. Cuando no está sonando la alarma de un respirador, es el monitor de algún paciente, el timbre de una habitación o el teléfono. A todo esto se suma también el ruido del personal. En conjunto se puede llegar a un nivel de ruido superior del recomendado que interfiere con el descanso de los pacientes. En este sentido enfermería puede ejercer un papel muy importante conversando en un tono lo más suave posible en la habitación y disminuyendo el volumen de las alarmas o desconectando aquellas que no sean imprescindibles.
Otros estímulos, como la luz, también se pueden controlar. A veces tendemos a dejar las luces de las habitaciones encendidas, que pueden molestar y alterar a los pacientes. En la planta, las luces de las habitaciones cuentan con reguladores de luz, muy útiles en este sentido, porque permite que cuando se entre en la habitación se pueda tener luz para realizar los cuidados pertinentes, sin ser una luz demasiado fuerte como para molestar al paciente.     
En algún estudio se pone  en duda que realmente tenga un efecto negativo el exceso de estímulos de la planta sobre los factores psicológicos del paciente, achacándose más a la privación de estímulos, que al exceso de ellos. No obstante, son mayores los ensayos que detectan en el exceso de estímulos de la UCI una causa de estrés. Claro está, que la privación de estímulos normales, cómo podrían ser voces familiares o el ruido de la televisión, también generan un aumento del estrés. Personalmente, me ha llamado la atención que en ninguna de las habitaciones haya alguna televisión. Por lo general, las habitaciones de hospitalización cuentan con televisiones para que las personas que estén allí puedan estar entretenidas. Aquí, al no haberlas, tanto los pacientes que mejor se encuentren no pueden entretenerse, cómo los pacientes que desarrollan algún síndrome confusional no pueden recurrir a la televisión para distraerse en caso de agitación. Se ha visto que es una medida temporal efectiva, aunque la principal debe ser tratar el problema de base que produce la desorientación. Tal vez, por la tendencia de gravedad de los pacientes olvidamos que pueden necesitar este tipo de actividades y no solo para satisfacer  su necesidad de entretenimiento.   

Las necesidades de comunicación y de la ingesta oral no se pueden evitar. Los tubos orotraqueales impiden que el paciente pueda hablar al quedar las cuerdas vocales imposibilitadas. La realización de una traqueostomía puede ayudar a que el paciente, con una válvula fonatoria, hable y se comunique. También podemos ayudar al paciente a que se comunique con el uso de otras medidas como con la escritura.
En cuanto a la ingesta oral, por desgracia no podemos conservarla salvo en el caso de los pacientes traqueostomizados. Aun así, las traqueostomías ponen solución a estos problemas en un periodo tal vez demasiado largo de tiempo.   

También pueden ayudar a desorientarse a los pacientes el que no cuenten con referencias respecto al día y la hora en la que se encuentran. En la planta, aconsejan a los pacientes no tener reloj. En principio esta restricción se da para que no se de ningún problema a la hora de perderse o de dañarse. Además, los relojes de pulsera pueden incomodar al realizarle los cuidados. El inconveniente de esto radica en que puede ser un factor causal de la desorientación del paciente, al no poder saber en que momento del tiempo se encuentran. Las habitaciones de la planta disponen de ventanas al exterior, salvo una, que se intenta no ocupar a no ser que el resto de camas estén ocupadas, lo que no deja de ser un punto a favor, al permitir a los pacientes saber el momento del día en que se encuentran. A pesar de todo, son bastantes las personas que preguntan la hora o piden que se les deje el reloj. Tal vez, para aquellas personas que están conscientes, se podría dejar que tuvieran consigo uno. Sobre todo aquellas que tienen restringida la dieta oral y no pueden guiarse por los tiempos de las comidas.
Dejar las persianas de las habitaciones subidas para que el paciente sepa el momento del día que es, apagar las luces por la noche o presentarse con un "buenos días" o "buenas tardes", pueden ser medidas útiles en estos casos.

Debemos intentar eliminar todos los factores identificados como causa de síndrome confusional, para mejorar la calidad de la atención del paciente, estando siempre atentos a los indicadores que presenten, que nos puedan alertar.
Tampoco podemos olvidar que proporcionando información y apoyo emocional, podemos conseguir que las personas ingresadas no se encuentren tan ansiosas por la permanencia en este tipo de plantas, teniendo en consecuencia mayor calidad del sueño y disminuyendo la posibilidad de padecer problemas psicológicos mayores. 
  

BIBLIOGRAFÍA


2 comentarios:

  1. He de decirte que haces unas entradas muy buenas, no tengo nada que objetar, la única pena es que hagas tan pocas.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar